El hecho de controlar algo, lleva intrínsecamente un valor, que es el de esperar un resultado favorable de esto, o bien evitar otro con el que no nos queremos enfrentar. En ambos casos lo hacemos siendo esclavos de una expectativa.
El hecho de controlar, lo que busca es cambiar o forzar el curso normal y natural de las cosas. Si buscan en lo profundo de su naturaleza, lo hacemos por algún miedo. Miedo a fracasar, miedo al ridículo, miedo al otro, miedo al desconocimiento, miedo a la falta de seguridad, a la desaprobación, y muchos etcéteras de miedos de todo tipo y color.
Por otro lado, Fluir nos da la libertad plena de acción en todo momento, al no estar sujeto a expectativas o miedos. El valor de fluir es la naturalidad con la que se expresa nuestro ser. Fluyendo somos nuestra esencia.
¿No crees que los deportistas alcanzan su mejor versión cuando fluyen en su juego, o provocan su peor versión cuando controlan su performance?
De igual modo, no crees que un pintor o un músico pierde sentido cuando su obra responde a las expectativas de los demás, en lugar de responder a su propio y auténtico motor creativo?
Esto es lo que nos ocurre a todos por igual. Fluir es el camino para ser la mejor versión de uno mismo, la más auténtica y honesta, y sobre todas las cosas, no es dolorosa y atrae a la felicidad.
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