“No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”.
Aristóteles.
Siempre que se nos presenta una situación complicada en nuestra vida, una dificultad, una crisis, déjenme decirles en voz alta: ¡TENEMOS UNA BUENA NOTICIA! Sería interesante poder ver las crisis con la misma ilusión con que recibimos nuestros regalos de Navidad o de cumpleaños. Entiendo que no sea lo mismo, pero nos traen tantas sorpresas, mucho más significativas, enriquecedoras y trascendentales que un regalo envuelto en papel.
Después de una situación de crisis, bien atravesada, nos trae un Yo renovado, una nueva versión de uno mismo. Inexorablemente vienen grandes y buenos momentos, pues llega la experiencia, con un estado de crecimiento, sabiduría, evolución, liberación y felicidad.
Atravesar las crisis, significa vivirlas como tal, enfrentarlas, aceptarlas, entenderlas y de esta manera resolverlas. Es importante entender el concepto de ATRAVESAR para poder llevar a cabo este paso en cada situación de dificultad que se nos presente en la vida. El atravesar nuestras situaciones difíciles es uno de los más importantes secretos de la felicidad y de la vida misma.
Nuestro tránsito por la vida va de esto. Venimos a aprender, y sólo se aprende de situaciones de sufrimiento. Extremadamente poco, o nada, se aprende de las situaciones de confort y de placer. Si todos supiésemos el premio que viene tras atravesar una situación personal compleja, o vivir en una de ellas, enfrentarla sería lo más normal y esperanzador que nos puede ocurrir.
Es útil saber que no atravesar estas situaciones frenan nuestro proceso de evolución, y dinamitan nuestra alternativa de ser felices. Y sobre todo retrasan nuestro cometido en esta vida.
Atravesar:
No es, esquivar el trance.
No es, no mirar el problema.
No es, la no aceptación de qué nos pasa o que nos ocurrió algo verdaderamente incómodo.
No es vivirlo como una tragedia.
No es ponernos en actitud victimista, porque no somos víctimas de nada. Aquí estamos para aprender y evolucionar y ser felices.Atravesar:
ES mirar el problema, observarlo con detenimiento
ES vivirlo, sentirlo, llevarlo encima el tiempo que dure.
ES meterse profundamente en él.
ES entender por qué nos ocurre.
ES dar con su significado.
ES terminar comprendiendo qué tenemos que aprender de él.
ES aceptarlo como tal, sin cuestionamientos, ni culpas, ni castigos, porque todo esto no existe realmente.
Nuestras dificultades son parte esencial de nuestro plan de vida, son el camino del proceso, y le dan significado y sentido a nuestra vida. Sin ellos no podríamos enfrentarnos con nuestras lecciones a medida, sin ellos no experimentaríamos, y no accederíamos a nuestra tan preciada evolución y felicidad.
Continuará…
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