‘COACHING’ Y ESCRITOR, EN ESTA ENTREVISTA NOS REVELA ALGUNOS DATOS IMPORTANTE ACERCA DE LA VIDA Y LAS DECISIONES QUE TOMAMOS EN ELLA PARA SER FELICES.
Naciste en Buenos Aires, pero vives en Barcelona, ¿qué atesoras de la experiencia de dejar tu país natal y descubrir uno nuevo?
Emigrar resulta ser una experiencia única en muchísimos aspectos. Estar fuera de tu país te da la posibilidad de reinventarte de la manera que quieras y sientas. Como emigrante, el primer día que entras en un nuevo país, a no ser que seas alguien famoso, inmediatamente pierdes tu pasado, por lo tanto, pierdes a tu personaje y a todo lo que proyectabas como imagen. Nadie que te ve, en este nuevo entorno, ve otra cosa más que lo que ven sus ojos, más lo que se comience a percibir de ti a partir de ese momento. Por lo tanto, nos liberamos de toda esta etiqueta y caracterización que estábamos ejecutando de manera heredada y por inercia. Puedo crear quien quiero ser a mi justa medida.
Te consideras un observador desde niño, ¿qué ventajas has podido experimentar a partir de esta capacidad?
La observación entendida como contemplación de todo lo que nos rodea es una fuente de percepción de los comportamientos y actitudes propias y ajenas, y esto nos revela mucha información acerca de comprender mejor las cosas que nos han ocurrido y las que nos ocurren en la vida. Además, tomas contacto y mayor conciencia del otro, y generas un sentimiento de empatía que te eleva en términos de sentimientos y sensaciones y esto te comienza a situar en el camino de la felicidad.
Ejerciste la publicidad como profesión por 25 años, ¿cómo ha influenciado esto tu vida?
En mi juventud, elegí estudiar esta carrera fundamentalmente por diversión. Me atraía el mundo de la creatividad, la expresión de ideas, y el desparpajo y la ilusión con que se vivía esta profesión. Podría decir que esta profesión me dejó una gran etapa de placer y felicidad en todos aquellos años dorados; me dejó una profunda información acerca de cómo funciona este mundo en términos de intereses comerciales, políticos y sociales; me enseñó a distinguir las necesidades reales que tenemos, de las ficticias; y me dio una gran conciencia de lo permeable que podemos ser las personas a los estímulos externos.
Estás escribiendo un libro sobre la vida y la felicidad, ¿qué nos puedes adelantar sobre él?
Me interesa especialmente compartir estos temas con la gente porque no comprendo cómo no nos hablan de esto con absoluta normalidad y naturalidad desde que somos niños. He sido una persona feliz desde muy pequeño y cometí el error de pensar que todo el mundo lo era, hasta que crecí, entonces me di cuenta de que esto era solo una ilusión óptica. Desde entonces, surgió una vocación en mí, siempre quise contarle a todo el mundo que la felicidad está en sus manos, es posible, solo hay que saber llegar a ella. Nos han desinformado acerca de la felicidad
¿Qué desencadenó que te interesaras en buscar respuestas en el significado y en el sentido que tiene la vida?
No responde a un solo hecho. Una abuela muy especial, muchísimos cambios, ausencias y vivencias en mis primeros 6 años de vida, mis ganas de disfrutar y ser feliz en un mundo que a priori se nos presenta hostil… este proceso se precipitó en los últimos 7 años de mi vida, cuando primero tuve la gran oportunidad de tener una charla trascendental con alguien mayor. Fue suficiente, conocer su historia de vida para cambiar la manera de conducir la mía. Más adelante ocurriría el fallecimiento de mi primera hija. Este hecho amplió exponencialmente el sentido mi vida. Recibí de ella un caudal de sabiduría, conocimiento y amor nunca antes experimentado por mí. Por último una gran revelación se manifestó ante mí, años más tarde, que me haría confirmar aquello que no se puede explicar acerca de nuestra existencia.
¿Cuál dirías que es el error más común que comete la gente cuando quiere cambiar el rumbo de su vida?
Principalmente en el enfoque global del cambio, en el significado y sentido de su resultado final. Seguidamente es muy común fallar en la voluntad de llevarlo a cabo hasta el final. Todo cambio tiene que tener un objetivo claro y concreto. Y si ese objetivo final no es felicidad, se tratará de un cambio débil o incluso sin sentido y sin peso propio.
Deje su comentario